Infección por HPV prevención.

 

Imagen tomada de Pinterest

Este post es continuación de una serie de entradas previas, si en algún momento parece que falta información  adicional, es por que se da por supuesto que se conoce lo leído anteriormente, con el fin de evitar  repeticiones. 

En relación a la prevención de la infección por el Virus del Papiloma Humano, aunque parezca obvio, se ha de decir que  la prevención ideal es la primaria, es decir, aquella que limita la exposición al virus.

Lo que dicta el sentido común  sería el tener relaciones sólo con personas que no estén infectadas, esto está repetidamente demostrado que no es socialmente posible de lograr. En primer lugar es muy difícil saber quién porta el virus y quién no,  no necesariamente quien lo tiene y es capaz de infectar,  tiene alguna lesión visible. Las pruebas para detectar los portadores de anticuerpos, probablemente  no detecten a las personas capaces de infectar a la pareja. Y hay inconvenientes de índole práctico  al momento de decidir tener un contacto íntimo, hay que recordar  que el impulso sexual es una de las principales fuerzas motivadoras a nivel universal.

Lo que sí es práctico a nivel primaria es tomar precauciones al momento de decidir tener relaciones sexuales, son las llamadas precauciones de sexo seguro, precauciones de sentido común, ampliamente disponibles.

En prevención secundaria tenemos en primer lugar las vacunas,  existen tres aprobadas, a mas novedosas, se   incluyen más virus para los cuales  son capaces de producir defensas,  de momento están autorizadas dos  para la colocación universal en las niñas de  9 a 11 años en casi todos los países de Europa.  De momento su aplicación universal se acepta  a nivel preventivo solamente, es decir, no está aprobado su uso para el  tratamiento de personas que ya sufren algunas de  las  enfermedades relacionadas con el virus, ya que en teoría no tendría lógica colocar la vacuna  a alguien  que ya ha estado en contacto con el agente causal.

Sería como vacunar contra el sarampión a alguien con sarampión, para poner  un ejemplo ilustrativo.  Pero las cosas no son tan sencillas, los laboratorios han demostrado su utilidad en vacunación a adolescentes y mujeres jóvenes hasta la edad de  25 años. Esta indicación  es actual y en la medida en que las niñas  vacunadas  vayan creciendo tal vez pierda valor.

La inmunización por arriba de  éstas edades  ha demostrado no ser tan efectiva, en generar una respuesta de anticuerpos adecuada,   ése es el motivo de que todos los esquemas  de inmunización, salvo algunos  pocos, se hagan servir en la infancia, que es la edad en que el sistema inmunológico responde mejor a las vacunas.

Así mismo el seguimiento de las inmunizaciones ha hecho ver que el esquema de tres inyecciones para lograr la vacunación completa puede ser  excesivo y ya comienza  a preconizarse  la posibilidad de que  con un sólo refuerzo sea  suficiente.

Además  al parecer la inmunización de los varones,  puede  ser  rentable a nivel económico al  bloquear la transmisión del virus y  al  prevenir el desarrollo de algunas enfermedades relacionadas con el HPV  en el hombre.

Por lo que puede ser  que  en unos años se indique la inmunización  universal de niños y niñas de  9 a 11 años con dos dosis de la vacuna, en vez de lo que se hace actualmente que es inmunizar  a las niñas solamente y con tres dosis de la vacuna. Es de recordar que la vacuna que induce protección contra dos cepas del virus sólo se debería usar en niñas y la que induce protección contra 4 cepas  o la nueva contra 9 cepas, sería la que estaría indicada en los niños.

Se están estudiando además  estas vacunas preventivas en su uso como tratamiento, en las personas  que han desarrollado una enfermedad  por HPV, su utilidad  teórica estaría en prevenir  la reinfección por una cepa distinta  a la  que causó la primera enfermedad,  este planteamiento teórico  se habría de validar,  con más estudios,  puesto que existen algunas dudas en relación a la inmunización cruzada, que producen la infección primaria y la vacuna que se habrían de aclarar. Así como su  relación con aspectos de epidemiología de la infección viral, ya que la infección primaria es mucho menos frecuente después de los  35 años.

Se ha de decir en éste punto que existe evidencia científica suficiente que establece que las vacunas son seguras, y que cuando se pone en duda  su uso, se refiere en la necesidad de demostrar que produzcan un beneficio, puesto que está totalmente demostrada su seguridad.

Por último en relación al uso de preservativo cuando se diagnostica una  enfermedad por HPV, se recomienda su uso más como medida de tratamiento, ya que se ha demostrado que  el uso del preservativo disminuye  el tiempo de expresión de la infección viral. Es decir limita la duración de la enfermedad, hace  que  haga falta menos tiempo para  que las lesiones desaparezcan.

Concluyendo, la mejor prevención: el sentido común. La inmunización: de momento las niñas de  9 a 11  años, posiblemente  en un futuro  se amplíe a los niños. Su uso terapéutico puede ser seguro con algunas dudas sobre su efectividad. Y el uso del preservativo durante la infección es útil para limitar el tiempo de evolución de  la enfermedad.


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