Somos un sistema, entrópico, en continua búsqueda del equilibrio, con fuerzas complejas que nos rodean y que producen cambios en respuestas evolutivas, que nos hacen adaptarnos en un entorno, donde actúan fuerzas externas, pero esencialmente internas, que son las que nos alejan o nos acercan a la paz.
Cada vez más tengo la impresión de que todo ocurre por algo, de que las crisis, traen en sí mismas sus soluciones, y de que nunca, nunca, se ha de bajar la guardia, tenemos una brújula interna, que ya nos guía desde la infancia, pero éstas fuerzas nos enseñan que hay que valorar otras cosas, que son necesarios otros valores, que el deseo y el placer son los objetivos del culto.
Claro que sí, que tener bienes materiales, ayuda, pero estoy convencido de que no eres más feliz por tenerlos. Si acaso un placer momentáneo, que se difumina, en segundos y se sustituye por un deseo imperioso siempre de tener algo más, como ocurre con los adictos al crack.
Nuestras necesidades no son externas, son internas, hay que volver a la seriedad con que jugábamos de niños, a admirarnos por una fila de hormigas o conocer todos los bichitos que caen de una rama de un árbol al sacudirla. Buscar los por qués, de todo ello y establecer un sistema donde los mayores enseñen a los niños y éstos a los mayores en una simbiosis perfecta de aprendizajes, que nunca dejarán abuelos abandonados en asilos por que no tenemos tiempo ni ánimos de atender sus quejas ni de aceptar su sabiduría. Misma que aún en la demencia se puede entender y explicar y nos puede enseñar la humildad de cuidar de un ser humano que lo necesita.
Es este le paradigma educativo que se plantea, la educación inter e intrageneracional, el aprendizaje por objetivos, sin importar que lengua vehicular se utilice, plantearse dudas donde el profesor sea un facilicitador que canalice las soluciones, y de ésta manera se aprenda, se aprenda pensar, donde los mayores en una actividad de doble sentido, fijen conocimientos al enseñar a los menores y los menores asuman responsabilidades que les preparen para ser mejores ciudadanos.
Lo importante en los tiempos actuales no son los conocimientos, lo que aprenden nuestros hijos ahora no les servirá de nada dentro de 10 años, dada la velocidad con que avanza el saber. Lo importante son las herramientas para descubrir y explicar lo que pasa en nuestro entorno, de manera científica, que permita conocer la verdad y la separe de tanta basura, ideológica, pseudocientífica y confundidora. Éste es el reto educativo que se nos presenta en las generaciones siguientes.
En un mundo regido por un sistema que se basa en premisas de consumo que son falsas, insostenibles y que además están acabando con el planeta.
Es por eso que indigna que personas que deberían saber de lo que hablan, planteen reformas educativas que nos retraen a la educación prusiana de los albores de la era industrial, que fue un sistema que se implantó para educar en serie, ciudadanos obedientes que formasen parte de las cadenas de producción. Y se hicieran consumistas de productos baratos fabricados con materias primas expoliadas del tercer mundo. Sistema que se está agotado y que es la causa real de la crisis económica, moral y social actual.
Pero el poder está perdiendo su fuerza, cada vez hay mas democracias, la gente se informa mejor, cada vez hay menos régimenes totalitaristas, aunque como es natural se niegan a perecer, se acerca el momento de la rebelión de los ciudadanos, un verdadero renacer mundial, donde las corporaciones no podrán seguir enriqueciéndose a costa del bienestar de la población.
Implica un cambio interior en el chip de consumo pero que se está logrando pues cada vez es más difícil engañar, a personas informadas.
Después de leer el libro de Moisés Naím (El fin del poder), todavía no lo acabo, me queda un mensaje de esperanza y creo que la nuestra civilización saldrá de ésta crisis con un renacer que con un poco de suerte verán nuestros hijos.
Por supuesto de que la ausencia de poder puede ser peor, pero siento que tal vez la sociedad, al menos en Europa, ha madurado lo suficiente para generar un cambio universal que lleve a tiempos mejores. O eso espero.
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