CITOMEGALOVIRUS Y EMBARAZO

La infección congénita por citomegalovirus, es común, se encuentra presente en alrededor de cada 6 por mil nacidos vivos en los países desarrollados y en los países en vías de desarrollo puede llegar hasta 5 de cada 100 nacidos vivos.

Se trata de un virus con alta prevalencia en el mundo, documentándose la infección en latínoamérica hasta en un 90 % de la población y en países desarrollados en alrededor de un 50 % de la población.

La infección suele cursar como un cuadro viral, en niños y adultos, las embarazadas que se infectan por primera vez o presentan reagudización de una infección previa, durante el embarazo pueden tener un cuadro viral leve, se trata de una condición generalmente asintomática, los síntomas de la infección se presentan en menos del 10 % de las embarazadas infectadas.

No obstante, ésta infección in útero puede afectar a algunos bebés, La mayoría de los recién nacidos infectados en el útero no tendrán síntomas al nacer ni problemas a largo plazo.

De 100 recién nacidos infectados en útero, 12 tendrán sintomas de la infección al nacer, de éstos, un poco más de la mitad tendrán una secuela a largo plazo, esencialmente pérdida de la audición y/o déficits cognitivos o motores.

De los que se infectan y no tienen síntomas al nacer, hasta 12 pueden desarrollar secuelas a largo término.

Con una prevalencia secuelas en recién nacidos expuestos en útero de alrededor del 20 %. Es decir, casi uno de cada 5 recién nacidos infectados en el útero, podría tener alguna secuela a largo plazo.

Si la infección primaria, ocurre en los primeros tres meses, la transmisión a través de la placenta ocurre en alrededor de un 20 % de los embarazos , y si la infección por primera vez ocurre en el tercer trimestre, el feto se infectará hasta en un 75 % de las veces.

La tasa de transmisión fetal, si ocurre una reactivación de la infección en una madre, previamente infectada, se encuentra en alrededor del 1 %.

La tasa de transmisión de madres infectadas al feto, ya sea de primera infección o de reactivación de una infección presente, en USA, se ubica entre el 0,5 y el 2,2 %. de las embarazadas en total.

La infección congénita por citomegalovirus, es la principal causa de secuelas a largo plazo causadas por un agente conocido en USA. Aparte de las consecuencias sociales, con consecuencias económicas importantes, en el gasto sanitario.

La infección por citomelagovirus, es muy difícil de detectar dado los pocos síntomas que produce, las pruebas de laboratorio sólo detectan las que se infectan por primera vez.

De allí que la manera usual de diagnóstico, suele ser el hallazgo de alguna alteración en las ecografias de rutina, o la presencia de síntomas en el recién nacido, o no ser diagnosticable en absoluto.

Las infecciones que ocurren por primera vez en embarazadas, esto es, que no hayan pasado la infección antes de embarazarse, son las que tienen más riesgo de transmisión dentro del útero, sin embargo, haber pasado la infección no evita del todo la infección congénita por citomegalovirus, ya que las madres infectadas pueden tener reactivaciones de la infección durante el embarazo.

La disminución de la inmunidad, fisiológica durante el embarazo puede aumentar la susceptibilidad de las embarazadas a infectarse o a que se reactiven los focos de una infección pasada, durante el embarazo.

Los adultos se pueden infectar por citomegalovirus, mediante el contacto con fluidos corporales, actividad sexual, transfusiones de sangre o transplantes de órganos.

La transmisión vertical de la madre al feto, puede ser transplacentaria, vaginal a partir de secresiones vaginales infectadas durante el embarazo, o a través del canal del parto, inclusive el recién nacido puede infectarse mediante la lactancia.

La presencia de anticuerpos positivos contra el citomegalovirus, en una embarazada que previamente era negativa, establece que ha habido una infección primaria, la misma puede tardar en evidenciarse en el líquido amniótico, hasta 6 a 8 semanas después.

Cuando se sospecha reactivación de una infección presente, la embarazada ya tienen anticuerpos contra el virus, puesto que ya pasó la infección, en estos casos el diagnóstico por anticuerpos, no es confiable y es difícil de interpretar. La opción diagnóstica es la detección del virus por PCR de una muestra de líquido amniótico después dela semana 20 a 21, en casos donde se sospeche la posiibilidad de ésta eventualidad.

El diagnóstico del recién nacido se puede hacer por el aislamiento del virus en su saliva o en una muestra de orina, antes de las 3 semanas de nacido, el diagnóstico precoz del recién nacido, permite suministrar tratamaiento durante las primeras semanas de vida.

Existen medidas que deberian tomar las mujeres en edad reproductiva, que sean seronegativas, esto es, las que nunca se han infectado por el virus del citomegalovirus, con el fin de reducir al mínimo la circulación del virus y disminuir los riesgos de esta infección durante el embarazo:

  • Lavado de manos, si se han de cambiar pañales, por tener otros niños en casa, o adultos que lo requieran, o luego del contacto de las manos con cualquier secreción o líquido corporal, el lavado de manos con agua y jabón, elimina el virus de las mismas.
  • Asumir que todos los niños menores de 3 años, a su cuidado, seguramente tendrán citomegalovirus en su orina o saliva.
    • Por tanto, lavar las manos después de cambiar pañales o manipular ropa sucia de éstos niños, luego de alimentarlos o bañarlos, de limpiarles la nariz, o manipulación de juguetes, chupetes o cepillos de dientes.
    • EVITAR: Compartir tasas, platos, utensilios de comida, cepillos de dientes o comida. Besar en la boca o cerca de la boca, de éstos niños. Evitar, compartir toallas o toallitas reutilizables. Evitar, dormir en la misma cama que éstos niños.

En resumen se trata de una infección altamente prevalente, donde existen limitaciones en su diagnóstico, y donde los riesgos de transmisión al feto, sólo són prevenibles tomando medidas en las que embarazadas que no han pasado la enfermedad.

Existen tratamientos específicos que pueden disminuir la afectación fetal, como el uso de antivirales como el VALACICLOVIR, 8 gr dia durante el primer trimestre en madres con primoinfección perinatal ducumentada o el uso de INMUNOGLOBULINA hiperinmune, en estudio está el uso de una vacuna, ya disponible con limitaciones técnicas importantes para su estudio en embarazadas.

La presente información es meramente orientativa y no sustituye el buen consejo de un profesional sanitario de su confianza.

FUENTE: The A to Z of congenital cytomegalovirus in MEDSCAPE.


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