Se suele pensar que los cambios hormonales de la menopausia se relacionan con aumento de peso, sin embargo se ha establecido que la ganancia de hasta 500 g por año, que se documenta en mujeres maduras, se relaciona más con la edad y con cambios de hábitos, que con la menopausia.
Se ha demostrado que tienden a ganar más peso las mujeres que viven en áreas urbanas, las que tienen menor nivel educativo, las que hacen menos actividad física, las que tienen muchos hijos, las que se casan jóvenes y las que tienen historia familiar de obesidad. También contribuye el hecho de hacer turnos nocturnos, por el efecto sobre el ritmo metabólico circadiano. Así mismo existe una relación directa entre depresión y ganancia ponderal.
La menopausia sí se relaciona con cambios en la distribución de la grasa corporal, aumentando la circunferencia abdominal, que se relaciona con la deficiencia estrogénica.
La recomendación principal para minimizar esta ganancia de peso, consiste en limitar la ingesta calórica y en mantener una actividad física adecuada. Nada que no dicte el sentido común.
El manejo de factores modificables asociados a la ganancia ponderal ayuda, por ejemplo si se sufre de depresión, y requiere de tratamiento farmacológico, dentro de lo posible se habrían de evitar medicamentos de uso común que se relacionan con ganancia ponderal y usar otros que no tengan ese efecto.
Los cambios de distribución de la grasa corporal pueden limitarse con el uso de terapia hormonal estrogénica en los casos en que estuviera indicada.
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