
Ayer comentábamos en el post de Epidemiología el uso de indicadores para establecer el estado de salud de una población determinada.
Entre los elementos para evaluar la mortalidad neonatal, hablamos de la validación del indicador usando indicadores de morbilidad. De ellos uno es la incidencia de infección por estreptococo B, luego de que la morbilidad por bacterias intestinales disminuye, en la medida en que la atención obstétrica se realiza en centros con medios de asepsia y antisepsia adecuados.
El siguiente paso traslada la responsabilidad de prevención fuera de la sala de partos, a la consulta de control de embarazo, donde se habría de realizar en todas las embarazadas un cultivo de vagina y recto, mas o menos hacia las 34 semanas. Y al menos tres urocultivos uno por cada trimestre del embarazo, durante todo el control prenatal, con el fin de detectar la colonización del tracto genital de la embarazada por ésta bacteria, que suele suele ser flora normal y que se sabe que al menos un 25 % de las mujeres son portadoras de la misma, no es una enfermedad de transmisión sexual, repito se trata de flora normal, pero puede ser causa de sepsis neonatal en al menos 1 de cada dos mil recién nacidos de madres portadoras que no recibiesen medidas de prevención adecuadas.
Se trata de una infección severa que puede ser prevenida si las madres portadoras reciben un antibiótico determinado durante el parto.
Las personas que tienen cultivo de orina positivo deberían ser tratadas durante el embarazo sólo si tienen más de 100.000 colonias por ml de orina, información que suele venir en el resultado del cultivo. El resto de las pacientes que den positivas durante el embarazo no requieren tratamiento hasta el momento del parto, cuando según la vía del parto, la presencia de contracciones, la integridad de la bolsa de las aguas, la edad gestacional y la historia de alergias a antibióticos, se le suministrará o no, un antibiótico adecuado para cada caso en particular.
Además hay disponible en el mercado una prueba rápida de diagnóstico que puede ser utilizada para diagnosticar durante el trabajo de parto si la paciente está colonizada por la bacteria, que se utiliza en pacientes que no han podido ser testadas durante el embarazo por un control prenatal inadecuado.
Existen protocolos bien establecidos para el suministro del antibiótico adecuado durante el trabajo de parto. Incluso ahora, que la mayoría cuenta con un smartphone, existe una APP gratuita para el móvil, del centro de control de enfermedades de Atlanta y de la Academia Americana de Pediatría orientada a profesionales de salud, que establece sugerencias en relación al tipo de antibiótico a utilizar, según el protocolo que sugiere éste prestigioso centro de estudio de enfermedades infecciosas.
Como ven la prevención de la infección por estreptococo B implica una organización de médicos, comadronas, enfermeras, y laboratorio así como cobertura de atención sanitaria a embarazadas, que se resumen bien en una cifra, de que es la incidencia de sepsis neonatal por ésta bacteria que fuera del embarazo no tiene ninguna connotación en el estado de salud y enfermedad, puesto que forma parte de las bacterias que se encuentran normalmente en nuestro organismo.
Recordar siempre que estas líneas sólo cumplen una función informativa y que el mejor asesor en cuestiones de salud, siempre es un profesional de nuestra confianza.
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