La glándula mamaria, al encontrarse accesible, permite su evaluación fácilmente, hasta por la misma paciente, la recomendación es que cada mujer se conozca su mama, sin obsesionarse y cuando note algún cambio, que sea persistente en el tiempo, que acuda a visitar un profesional.
Diferentes pruebas de imágenes para estudiar la mama, tienen diferente precisión diagnóstica y diferentes indicaciones de acuerdo al beneficio, riesgo y costo.
La mamografia es la prueba que se recomienda para el diagnóstico precoz en pacientes sin lesiones, se basa en la presencia de microcalcificiones de cierto tipo en la glándula, y tiene una sensibilidad (capacidad para detectar la enfermedad) de entre un 50 y un 90 %, dependiendo de la población de riesgo (esencialmente la edad), de la densidad mamaria (menos capacidad diagnóstica en mamas densas) y de la presencia o no de nódulo palpable (mayor si hay un nódulo palpable). Su especificidad (capacidad para descartar los que no tienen la enfermedad) se encuentra entre el 14% y el 90 % dependiendo de las mismas características. De allí que no se recomienda como herramienta de estudio en pacientes asintomáticas jóvenes, que son poblaciones de bajo riesgo, con mamas de manera natural más densas, y donde la producción de estrógenos es más alta de manera natural, exponiendo la glándula en éste período de función hormonal, a cierta radiación que es mínima, es decir que no suele imponer riesgos para la salud, pero que se acumula con cada dosis de exposición. Su uso se recomienda en mamas sintomáticas de pacientes de más de 35 años, y en el cribado de la población sana, de más de 40 o 50 años, según los protocolos que se sigan y los factores de riesgo individuales.
La ecografía, es el estudio diagnóstico de elección para pacientes menores de 35 años, que tienen un nódulo palpable en la glándula. El examen mamario, auto examen o por un profesional, es la herramienta recomendada para diagnóstico precoz en poblaciones de bajo riesgo hasta que lleguen a la edad de cribado. No sustituye a la mamografia, aunque con frecuencia la complementa. En presencia de nódulos en la glándula, tiene una sensibilidad de un 70 a 90 % y una especificidad similar.
Resonancia Magnética Nuclear (RMN), de elección en mamas con cicatrices o prótesis, puede complementar la mamografia en los casos de lesiones en varios sitios de la glándula (multifocales), cuando se planifica cirugía conservadora de la glándula en casos de cáncer diagnosticado, o para el cribado de mujeres de alto riesgo, dada la alta sensibilidad del método de entre un 90 a 100%. Su baja especificidad (menos de un 40 % en pacientes asintomáticas) pueden exponer a pruebas innecesarias, en pacientes sanas asintomáticas, sin patología, por lo que no se recomiende como herramienta de cribado universal.
Tomografia de emisión de positrones (PET TAC): Se trata de una prueba cuyo costo limita su uso. Tiene una alta sensibilidad y especificidad, para diagnóstico de la entidad que nos ocupa, de casi un 100 % en ambos ítems. Su indicación principal es el estudio complementario de cáncer diagnosticados, para establecer el grado de afectación de los ganglios axilares y en casos de enfermedad multifocal, cuando se desee evaluar cirugía conservadora de la mama.
El presente post es meramente informativo y no sustituye el buen consejo de un profesional sanitario de su confianza.
FUENTE: Medscape
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