La presencia de tejido endometrial, fuera de la cavidad uterina se conoce como endometriosis, afecta hasta el 5 % de las mujeres en edad reproductiva y se caracteriza por reglas muy dolorosas, progresivamente más dolorosas, asociadas a síntomas en otras esferas del cuerpo como el aparato digestivo, o cualquier otro.
Se trata de una enfermedad crónica, que depende de los estrógenos y cuyo tratamiento suele ser limitado, se pueden usar anti inflamatorios para el dolor, tratamientos hormonales, como anticonceptivos, o progestágenos, sobre todo si no se desea concebir, en casos severos el tratamiento quirúrgico de los nódulos endometríósicos está indicado, con cirugías que pueden llegar a ser de alta complejidad.
Las intervenciones nutricionales, pueden ser de utilidad, en el tratamiento del dolor y la inflamación asociada. Una disminución de las grasas saturadas en la dieta, aumentando la fibra, puede disminuir la cantidad de estrógenos circulantes. Asimismo el consumo de carnes rojas, se asocia con mayor riesgo de sufrir la enfermedad. Además, por contraste, las dietas ricas en vegetales, suelen tener un efecto anti inflamatorio, lo cual podría favorecer a las mujeres que sufren ésta condición. Las algas marinas, han demostrado mejorar el cuadro que nos ocupa, y tienen un efecto modulador de la actividad estrogénica.
Así mismo la suplementación de ácidos grasos poli insaturados, también regula el balance de tipos de prostaglandinas, que se activan durante el proceso inflamatorio, con evidencia de mejoría de los síntomas de dolor e inflamación.
La suplementación de vitaminas, D, C y E, con efecto antioxidante, han demostrado ser de ayuda en reducir los síntomas, comparados con el uso de placebo.
Harían falta más estudios para corroborar estos hallazgos, sin embargo en resumen una dieta sana es la llave para una buena salud en general y para prevenir o mejorar algunas condiciones en lo particular.
FUENTE: Frontiers in nutrición
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