Esperar a que el cordón umbilical deje de latir para realizar su corte luego del nacimiento, por parto vaginal, es una práctica estándar de la atención obstétrica cuando se trata de un recién nacido sano y vigoroso.
En ocasiones es necesario iniciar una reanimación inmediata del recién nacido y no hay tiempo para esperar que el cordón deje de latir.
En éstos casos, constituye una opción el ordeñamiento del cordón umbilical, esto es hacer presión desde la placenta hacia el feto haciendo pasar la sangre que queda en el cordón luego de la expresión del cuerpo fetal por el canal del parto.
Es de notar que en la cesárea no ocurre esta expresión del cuerpo fetal en el canal del parto, por lo que usualmente se pinza el cordón inmediatamente, para así dar prioridad al alumbramiento y a la sutura del útero, limitando el sangrado materno.
En fetos prematuros el ordeñamiento del cordón umbilical es controversial, existe preocupación de que un aumento brusco de la volemia fetal podría causar sangrado, hemólisis o falla cardíaca.
En un trabajo reciente publicado en el American Journal de Obstetricia y Ginecologia (AJOG) Establece que en recién nacidos de 35 a 42 semanas, que ameritaron pinzamiento precoz del cordón umbilical, el ordeñamiento del cordón antes de su pinzamiento se relacionó con mayores niveles de hemoglobina fetal, menor incidencia de encefalopatía isquémica y menos necesidad de hipotermia terapéutica, el índice de ingreso a cuidados intensivos neonatales no varíó, en relación a los que no se les realizó la maniobra.
En resumen éste trabajo sugiere que la maniobra de ordeñamiento del cordón en recién nacidos no vigorosos, de más de 35 semanas, es posible, segura y podría ser superior al pinzamiento precoz del cordón.
El presente artículo tiene una función meramente informativa y en ningún momento sustituye el criterio de un profesional sanitario de su confianza.
FUENTE: AJOG
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