La muerte fetal dentro del útero constituye una situación difícil para la pareja afectada y para el equipo médico que llevo el embarazo. Una vez superado el duelo, se plantea la posibilidad de un nuevo embarazo.
Se sugiere establecer un plan personalizado de seguimiento con soporte psicológico si es necesario y evitar caer en una avalancha de pruebas adicionales, para tranquilizar a las parejas, se ha de tener en cuenta que en los casos de muerte fetal in útero inexplicada, la recurrencia en un siguiente embarazo no está aumentada.
Una tercera parte de los casos de muerte fetal in útero, se asocian a una causa placentario y en hasta un 60 a 70 % de las veces, las causas permanecen desconocidas.
Se recomiendan controles mensuales, a partir de las 20 semanas, evaluando en cada control el riesgo cardiovascular, con monitorización más cercana a partir de las 32 semanas. Y plantear inducción del parto entre las 37n y las 39 semanas.
Si hubo una causa vascular o placentaria en el embarazo de la muerte fetal el riesgo de recurrencia es el doble, y se recomienda el uso de aspirina profiláctica, así como el manejo de factores de riesgo, como obesidad, hipertensión crónica, diábetes y hábitos nocivos como el tabaco. Las diabéticas sin control aumentan el riesgo de recurrencia en 5 veces, y se multiplica por 3 in pacientes con obesidad y en fumadoras.
La información de este post es sólo orientativa y no sustitye el buen consejo de un profesional sanitario de su confianza.
Fuente: Medscape
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