Es un hecho que la función ovárica tiene un tiempo establecido, dependiendo de la edad pricipalmente, pero también entran en juego, factores ambientales y genéticos.
La función hormonal y reproductiva de los ovarios, depende de unas estructuras, llamadas folículos, que son las que contienen los óvulos, que potencialmente serán fecundados para producir un embarazo.
Estos folículos son lmitados en número, se estima que al nacer las nenas tienen en sus ovarios unos 7 millones de óvulos, y el proceso de desaparición de éstos folículos por diversos mecanismos es contínuo durante toda la vida.
Ya en la pubertad queda menos de un millón de folículos en el ovario y acabarán siendo funcionales unos 150.000 y de éstos sólo unos cuantos llegarán a convertirse en embarazos. Por tanto parecería que la naturaleza se asegura la función reproductiva, con un saldo importante de óvulos.
Es un modelo que funciona, que la selección natural ha elegido por cientos de miles de años.
Parece ser además que esta condición de función ovárica fínita, ha permitido, que nuestras ancestras del paleolítico, sobrevivieran a los partos y constituyeran una base para la memoria social, que después sirvió para que se forjaran civilizaciones, cumpliendo una función de evolución social, a través de generaciones.
En algunas ocasiones ésta reserva ovárica se vé mermada antes de tiempo, y dada la realidad familiar actual, donde la maternidad por razones sociales y económicas, se retrasa, se presenta la necesidad de medir ésa función, que no es regenerable.
Además de la necesidad de medirla a medida que avanza la edad, es un hecho conocido que a partir de los 35 años el número y la calidad de los óvulos comienza a disminuir. Además a veces, es necesario medir ésta reserva en pacientes en las que se sospecha que por algún motivo una afectación del número de folículos, factores ambientales como infecciones, o radiaciones o tratamiento del cáncer, o por condiciones genéticas, herencia, trastornos cromosómicos o de los propios genes, Pueden afectar el número de óvulos disponibles para la función del ovario.
Como en todo lo referente a la salud, la mejor manera de enfrentar una situación es previniendo, si se piensa diferir la maternidad, más allá de los 35 años, siempre está la opción de extraer los óvulos y guardarlos para el momento en que sean necesarios.
En pacientes que van a recibir quimioterapia, intentar poner los ovarios en reposo con medicación es una forma de limitar el daño.
El uso de estimulantes de la ovulación en pacientes con reserva ovárica mermada y no diferir más la función reproductiva, son opciones de tratamiento aceptadas, durante un tiempo.
Por último cuando ya no quedan folículos, queda la opción de embarazo con ovulos donados.
Para la función hormonal se recomienda cada vez más el uso de terapias hormonales de reemplazo, con cada vez más evidencia a favor de su seguridad y beneficios.
Recordad que son estós artículos constituyen recomendaciones de tipo general y no sustituyen el buen consejo de un profesional de confianza.
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