La cándida es un microorganismo oportunista, cuyas esporas se encuentran omnipresentes, en el ambiente o incluso en nuestro cuerpo.
Tiene predilección por los tejidos que cubren las cavidades del cuerpo, las mucosas húmedas, la humedad favorece su proliferación
Hemos desarrollado mecanismos para protegernos de la infección por cándida, cuando estos mecanismos fallan, aparece, la incómoda infección.
Específicamente en la vagina el mecanismo de protección, es la presencia de unas bacterias, la microbiota, Que se alimentan de un azúcar que produce la mucosa vaginal, el glucógeno, cuyo metabolismo produce ácido láctico, que cambia el Ph vaginal, creando un medio hostil para el hongo y otros gérmenes, con capacidad de causar infección genital.
El contenido de glucógeno en la mucosa vaginal, aumenta durante el embarazo, por efectos hormonales, las embarazadas son especialmente susceptibles a la infección por hongos.
Por supuesto existe preocupación sobre los efectos de ésta infección sobre el embarazo, un metan análisis, publicado en el BMC women’s Health, no pudo demostrar una relación entre la infección por cándida durante el embarazo y la presencia de resultados prenatales adversos, al menos en 8 variables examinadas.
La revisión tiene algunos fallos metodológicos, pero el volumen de pacientes analizadas tiene suficiente consistencia, para establecer esta asociación.
Los tratamientos para la infección por éste incómodo patógeno, incluyen medidas generales como evitar la higiene genital excesiva, tratamientos tópicos específicos antimicóticos y el uso de hidratantes con base de aceite mineral.
El presente post no sustituye el buen consejo de un profesional sanitario de su confianza.
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