(Imagen tomada de. El mundo.es)
Constituye un motivo de consulta frecuente en atención primaria, suele ocurrir en la post menopausia, cuando los niveles de estrógenos caen pues los ovarios pierden la capacidad para producir estas hormonas que son las responsables de mantener cierto nivel de grosor en la piel y mucosas que recubren los genitales femeninos.
Suele dar síntomas que son molestos como sequedad en el área genital, picor, dolor con las relaciones sexuales, síntomas que si bien no son peligrosos pueden llegar a afectar de manera importante la calidad de vida.
Estos síntomas inclusive pueden ir más allá y afectar la micción, creando incapacidad para retener la orina y m0lestias miccionales, lo que ya puede afectar además la actividad social.
Así mismo existe una serie de alteraciones de la piel de los genitales que pueden originar síntomas similares que cuando las molestias no mejoran con cremas hidratantes de venta sin prescripción, requieren de la visita al especialista para descartarlas.
La mayoría de las veces las molestias mejorarán con recomendaciones generales, como el uso de algún lubricante a base de algún aceite mineral, evitar el lavado excesivo y evitar además algunos geles con efecto secante. Asi mismo las molestias leves con las relaciones pueden mejorar con el uso de alguna crema con anestésico local. Decimos en fisiología que «la función hace al órgano», por lo que las relaciones en si mismas pueden ser un tratamiento para éste cuadro incómodo.
Descartando otras patologías, existen prescripciones de estrógeno tópico, que pueden mejorar tanto los síntomas urinarios como genitales, con un perfil de seguridad excelente, éstas deberían ser prescritas por algún facultativo.
En los casos más severos existen terapias médicas que utilizan la inyección local de un tipo de colágeno específico, con buena respuesta que deben ser igualmente administradas por un médico y además existen terapias con láser que mejoran el tropismo del epitelio, sobre todo cuando se han descartado otras causas de las molestias, y en pacientes que tuviesen contraindicación para el uso de estrógenos como las que hubiesen padecido algún tipo de cáncer dependiente de estas hormonas, como el de mama o endometrio. O como última línea de tratamiento en pacientes que ho responden bien a terapias mas convencionales por patología atrófica asociada.
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