Se trata de un problema de salud que afecta a entre el 2 y 10 por ciento de las embarazadas, se relaciona con un aumento de los niveles de un tipo de azúcar esencial para el metabolismo, que se denomina glucosa y sus niveles en sangre se denominan glicemia.
La glucosa está constituida por 6 carbonos enlazados, es el combustible principal de la célula, de ella se obtiene principalmente la energía para las funciones celulares, esto es, crecimiento, síntesis de proteínas, transmisión del impulso nervioso, contracción de los músculos; todo ello mediante un sistema que degrada la energía contenida en sus enlaces de carbono, que las plantas fijan directamente de la radiación solar, forman esta molécula por un proceso denominado fotosíntesis, a partir de el agua (H20) y el dióxido de carbono (CO2) ambiental, que como vimos en un post anterior son los desechos de la respiración celular.

La respiración celular consiste entonces en la degradación de la molécula de glucosa, una vía principal utiliza el oxígeno, que también transporta la sangre, en un proceso que se llama glicólisis aeróbica, es un ciclo de rotura progresiva de los enlaces de carbono mediante la acción de unas proteínas que se denominan enzimas (catalizadores biológicos), en una especie de combustión controlada, que evita que ardamos como una cerilla, hasta degradar una molécula de C6H12O6 (Glucosa) en CO2 + H20 + ATP (energía). Existen otras formas de obtener energía en la célula, pero la que se obtiene a partir de la glucosa es la principal.
El control de los niveles de glucosa en sangre depende de varios factores, su origen, principal es la dieta, y el cuerpo tiene maneras de conservar reservas de este precioso nutriente, es decir en la medida que comemos mas azúcares, por encima de la necesidad diaria el cuerpo, se almacenan y ganamos peso.
Los alimentos que más contienen azúcar, a parte de los dulces, son los llamados alimentos blancos, (almidones), arroz, pan, patatas (papas), pastas, yuca y sus derivados como la pizza. Más si son elaborados y le es extraída toda la fibra, que limita su absorción y nos obliga a comer más para sentirnos llenos. De allí la sugerencia de preferir los alimentos integrales, si no se tiene intolerancia al gluten.
Una vez que ingresa el azúcar al torrente sanguíneo, se disuelve en el plasma sanguíneo y viaja hacia todas las células, existe un mecanismo que controla los niveles de azúcar en el plasma; el ingreso de las moléculas de azúcar a la mayoría de las células, depende de una hormona, la insulina, y de su receptor. La insulina es secretada por una glándula que se denomina páncreas, que está en el abdomen. Existe una especie de relación como la que hay entre una llave (la insulina) y su cerradura (el receptor), necesarias para que se «abra la puerta» que permite entrar a la glucosa en la célula.
El páncreas puede no producir suficiente insulina para que se permita la entrada de glucosa a las células y causando un aumento de la glicemia, principalmente por que las células envían información al cerebro, de que tienen hambre y el cerebro obliga a comer más, aumentando el nivel de la azúcar y generando una serie de problemas.
También el receptor puede ser que tenga una alteración y haga que sea necesaria una mayor cantidad de insulina para que la glucosa entre en la célula, la alteración del receptor puede ser genética o secundaria a la presencia de otras hormonas circulantes, como ocurre en la diabetes gestacional, sucede una insuficiencia transitoria del receptor de la insulina, un efecto que ocurre normalmente en cierto grado en el embarazo, pero que en las pacientes que sufren diabetes gestacional éste efecto es mayor, condicionando aumentos por encima de lo normal de la glicemia.
Como una vez dijo Paracelso: «todo es veneno, es cuestión de dosis…» o algo así, un nivel elevado de glucosa en una embarazada tiene varios efectos, sobre la madre aumenta los niveles de insulina, generando efectos sobre los lípidos y los vasos sanguíneos, afectando la circulación y predisponiendo a problemas vasculares como la gestosis, de lo que hablaremos en otro post.
Los niveles elevados de azúcar en la madre, se trasladan al feto y estimulan en él, la producción de su propia insulina, esta Hiperinsulinemia (aumento de los niveles de insulina) fetal genera una serie de cambios en el feto, metabólicos, que le hacen crecer por encima de lo normal y que predisponen a un mal pronóstico durante el embarazo, el parto y el período neonatal, además de cambios en el perfil de riesgo cardiovascular del recién nacido que le acompañarán toda la vida.
De allí que sea importante conocer la presencia de ésta entidad que puede no dar síntomas y que sus efectos son previsibles. Por ello se sugiere realizar una prueba de cribado, a todas las embarazadas sanas, que consiste en suministrar 50 g de glucosa tomados por vía oral y una hora después hacer un control de glicemia (Test de O’Sullivan), si éste valor es normal, entonces se descarta la posibilidad de una diabetes gestacional, si el valor saliese alterado, entonces hay que realizar una prueba más compleja, que es una curva de glicemia con una carga de 100 g de glucosa, tomando una muestra en ayunas, otra a una hora de la toma, a las 2 horas y a las 3 horas de la toma. Son necesarios dos valores alterados para establecer el diagnóstico de diabetes gestacional.
Se recomienda realizar estas pruebas en la segunda mitad del embarazo, hacia las 24 semanas. En pacientes de riesgo, esto es, mayores de 35 años, pacientes con sobrepeso o con antecedentes obstétricos desfavorables, se sugiere realizar un cribado temprano (O’Sullivan) en el primer trimestre y luego otro en el segundo trimestre, si el primero es negativo.
Una vez hecho el diagnóstico se establece el tratamiento que suele consistir en controles en casa de la glicemia con un aparato, y un régimen dietético específico, si la dieta no es suficiente se puede indicar algún tratamiento medicamentoso o se ha de administrar insulina.

Es bueno recordar que la insulina no atraviesa la placenta, por lo que no afecta al feto, pero la glucosa sí, por lo que sus niveles elevados si que afectan al feto.
La diabetes gestacional constituye una enfermedad propia del embarazo que suele desaparecer luego del mismo y a veces recidiva en embarazos siguientes. Algunas pacientes con diabetes gestacional pueden terminar siendo diabéticas en etapas posteriores de su vida, pero no la mayoría.
En general se recomienda a las embarazadas ingerir, comidas sanas poco elaboradas, frutas y verduras, ensaladas frescas, limitar los carbohidratos elaborados (alimentos blancos), comer productos de mar 2 ó tres veces por semana, el pescado mejor si es pequeño de talla, evitar los alimentos que se ingieren crudos como los quesos frescos, el sushi y el ceviche, lavar bien los vegetales, tomar los zumos sin azúcar, preferir la leche desnatada y disfrutar de su embarazo, que es un estado especial donde es bueno tomar unas previsiones, pero que casi siempre acaba bien independientemente de las intervenciones que hagamos.

Como siempre éste post sólo cumple funciones informativas y no sustituye los buenos consejos que pueda suministrar un profesional de salud de su confianza.
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