Desde hace algún tiempo nos llama la atención la proliferación en redes sociales, de cursos de formación y de ofertas de tratamientos de plastias estéticas de genitales femeninos inclusive de «rejuvenecimiento vaginal con láser». Con promesas de mejoras en la vida sexual, con un tratamiento quirùrgico.
He tenido la impresión de que se trata de procedimientos de utilidad no comprobada, y creo que en una vida sexual sana y satisfactoria, la mayoría de las veces intervienen mas factores psicológicos, que de estética de genitales , hablando de personas normales sin patologia genital asociada.
No dudo que haya algún caso en particular que requiera algún tipo de cirugia plástica ginecológica, pero tengo la impresión subjetiva de que en muchos sitios se ha puesto de moda y que se liberaliza un poco la indicación.
Ya en el 2007 el ACOG, (Colegio Americano de Obstetras y Ginecologos) en su «revista verde», en un editorial hacía algunas recomendaciones en éste sentido.
Recientemente en Medscape. Se hace reseña de la posición tomada por la Dra. Cheryl Iglesia, miembro del ACOG, donde establece que ninguno de éstos procedimientos han probado ser efectivos y tienen riesgo de causar un daño potencial, las mujeres podrian ester confundiendo lo que es normal y lo que es una condición que puede ser reparada con tratamiento :
«None of these procedures have proven effectiveness, and there is potential for harm,» Dr. Cheryl Iglesia, a Washington, D.C., gynecologist and former ACOG committee member, wrote in an editorial published in the June issue of Obstetrics and Gynecology. «Women are being misled or are confused about what is normal,» she wrote – and about what constitutes a condition that can actually be helped through treatment.
Como en todo en medicina se impone la máxima de «Primo non nocere» y como solía explicar a mis alumnos, «para justificar cual tipo de intervención terapéutica sea de tratamiento médico o tratamiento quirúrgico, el médico ha de estar seguro de que los beneficios superan los riesgos».
Creo que éste habría de ser el factor determinante de la idoneidad de cualquier procedimiento, que al final habría de decidir una paciente adecuadamente informada.
Como siempre sugerimos, el mejor consejero en cuestiones de salud siempre es un profesional de su confianza.
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