Una campaña atípica, breve, ruda, de esas que le encanta al barriozolano, dos bandos, dos modelos enfrentados, dos para la contienda, así es mejor, sin tantas opciones ni tantos candidatos, polarizados, un Caracas-Magallanes, todo se da en los tiempos exactos. Aquí hay dos himnos, uno propio y otro foráneo, se cantan en distintas tonalidades, exaltados, la humildad no es buena virtud en contienda electoral, son dos gallos, el palenque del tamaño apropiado, picotazo y picotazo, se oyen apuestas, habrá vencedor y derrotado, que chévere es el domingo de gallos, que primitivismo dirán los indignados, que corra la sangre será la consigna de los entusiasmados. Lo cierto es que es desequilibrada, el que se hace llamar pueblo viaja en el lujo de los aviones del Estado, disfrutando el ventajismo que da la campaña desde el poder. Con luto reciente solo hace falta citar al difunto, lo demás es emoción y sentimiento desbordado, recordando los frutos de la revolución del descalabro. Por otro lado hay uno que es acusado de no ser pueblo, pero que va de recursos limitados, austero, ofreciendo esperanza, con algo de populismo porque si no es así no capta nada, hay que ofrecer y ofrecer hasta vencer, es parte de la estrategia, lo cierto es que va otra vez haciendo contacto casa por casa y pueblo por pueblo, sudando, comiendo en viandas, ofreciendo lo que los sordos no quieren oír y regalando la ilusión de un país que no quiere existir. Algún día habrá cordura, sensatez y calma.
Jesús Zurita Peralta. CI: 6.625.245
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