Tomado de RunRun.es
Interesante análisis de psicología de masas, vale la pena leerlo completo.

A propósito de la enfermedad del presidente:
Cita textual:
«Muchas veces me pregunto si ¿La masa estará siempre consolidada?, y ¿Qué ocurrirá cuando el líder muera?, En ese instante nacerán más dudas, ¿las lagrimas serán reales o fingidas?, ¿formaran parte de la exhibición pública de un dolor? o ¿expresan la supervivencia política y la competencia de la lealtad de quién llora más? Aunque el pánico puede ser el mayor peligro para la masa, ya que en estas circunstancias, los individuos dominados por la angustia cuidaran solamente de ellos, Freud menciona que en los momentos que la masa queda huérfana aprecia más el peligro, comprende la ausencia del líder que no podrá ser remplazado rápidamente, y esto creara un caos estructural. El filosofo alemán Sloterdijk, explica que una masa solida con líder, se transforma rápidamente en una masa espumosa al desaparecer el líder, en las que se establecen complejas y frágiles interrelaciones, carentes de centro, y en constante movilidad expansiva, dejando sujetos descomprometidos, egoístas hasta su máxima expresión, y donde la banalidad del mal se expande en tanto que la relación se licua y volatiliza. Una masa espumosa tiene dos formas de consolidarse u normalizarse, la primera es una guerra fratricida, entre los posibles reemplazantes del líder, que históricamente siempre termina con la asunción de otra dictadura más atroz a la anterior, (de derecha o izquierda), como la que trajo al poder a Stalin en Rusia o Franco en España, la segunda forma de remplazar al líder, es el transito pacifico a la democracia, con elecciones libres, en donde las fuerzas armadas acaten los resultados. Recemos que Dios ilumine la segunda opción, la más lógica, porque la realidad nos demuestra la finitud a la que estamos sometidos los seres humanos, y que termina por hacer del poder una fantástica banalidad.»
Fin de la cita.
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