
Tenía un poco abandonado el blog, cursando una etapa de ésas en que todo parece sin sentido, y para escribir cosas negativas preferiría no hacerlo, hasta que llega un momento en que se siente una necesidad de expresión y sin tener muy claro qué escribir te sientas ante el teclado y miras la ventana en blanco de una nueva entrada.
Rutina de malas noticias que parecen estar en todas partes, y de las que resulta imposible aislarse, solicitando un descanso, un poco de paz que se niega a aparecer, luego de aplicadas todas las recetas para superar el agobio, éste se resiste, y la crisis te persigue sin verse a corto plazo soluciones, ni que los responsables de hacerlo lo hagan remotamente bien.
Y yo me pregunto, ¿No será que soy como esos adultos que aconsejan a los padres, sin tener hijos propios, que tienen todas las respuestas hasta que tienen los suyos?.
No sé cuáles son las soluciones de éstas grandes dudas, y el tiempo pasa y nos vamos quedando sin respuestas. ¿Qué pasará cuándo éstas se agoten?.
Ojalá que la respuesta no sea la violencia…violencia urbana que se forja en políticos complacientes que agreden a sus electores al hacerles la cama para que los poderosos de siempre terminen de exprimirles sus vidas, violencia que no tiene que ver con regímenes políticos donde unos se cambian por otros para practicar la opresión. Violencia que sólo parece enterarse que es violenta cuando una respuesta en masa la toma por sorpresa y le sacude sus cimientos. Violencia que nadie desea y que en neombre de la paz, es generada en forma pasiva causando malestar de fondo que acabará en más violencia, sólo para cambiar unos individuos por otros que harán lo mismo, como ha demostrado la historia.
Y lo dejo hasta aquí pues aprovecharé para ver una película de acción, y escaparme un poco de ésta realidad sin respuestas que atormenta mi alma y si la dejo puede entristecerme.
A veces entiendo a los ermitaños…
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