Recientemente en Medscape, Andrew Kaunitz, Profesor de Clínica Obstétrica en la Universidad de Jacksonville, en Florida, hace una aclaratoria en relación a un tópico que vuela ahora en la red, en relación a los regímenes para perder peso que asocian inyecciones de hCG, la hormona que produce la placenta para sostener el embarazo.
La historia de su uso se remonta a los años 50, cuando un Dr. Siemeon, sugirió que una dieta hiperproteica de 500 calorías, asociada a inyecciones de esta hormona producía el efecto deseado en pacientes obesas.
Estudios posteriores demostraron que el efecto de pérdida de peso se debía únicamente a la dieta y no se pudo demostrar un efecto beneficioso en inyectar la hormona.
Parece ser que alguien rescató el método Simeon, y actualmente hay una gran cantidad de tráfico en Internet en relación a éste método.
La demanda del tratamiento ha sido tal en Estados Unidos, que el año pasado la Asociación Americana de Médicos Bariátricos (especialistas en obesidad), hizo una aclaratoria oficial donde no recomendaba el uso de ésta hormona para perder peso.
Esta misma aclaratoria establece los pilares para perder peso, No existen fórmula mágicas. (Recomendaciones de sentido común):
- Modificaciones de dieta, basadas en recomendaciones apropiadas individuales de calorías y nutrientes.
- Programa de ejercicios relacionados con las capacidades y limitaciones individuales de cada paciente.
- Consejos conductuales, que incluyen hábitos nutricionales adecuados, métodos para enfrentar el estrés sin comer, y soporte del grupo familar
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