Pasa el tiempo inexorable, y en medio de tantas malas noticias, consumimos el planeta, la ausencia de líderes, nuestra propia incapacidad para tomar decisiones, la vida a veces nos hace, una señal de stop, y es como si el tiempo se detuviese, invitándonos a reflexionar y nuestros pensamientos se desplazan hacia el futuro incierto.
Deudas que pagar, hipoteca sin consolidar, incertidumbre económica, seguridad para los que dependen o dependerán de nosotros…vana palabra esa de seguridad.
Si de algo podemos estar seguros es que no se puede estar seguro de nada.
Y esta búsqueda de certidumbre, es lo que tal vez desarrolló las herramientas de la ciencia, responsable de todos los adelantos que disponemos en la vida moderna, adelantos tal vez fríos y calculadores y que nos dan la falsa sensación de seguridad, hasta que comienzan a fallar las estructuras que nuestra sociedad ha montado cuidadosamente.
Cuando éstas estructuras se enfrentan a la naturaleza humana, que paradójicamente, es lo que hemos heredado en nuestros genes, luego de millones de años de evolución, y que es lo que las sociedades avanzadas tratan de controlar, mediante una organización de autoridad progresiva, cuyo cenit está en la separación de poderes del gobierno, como máxima expresión de la organización social, donde cada poder vigila la actividad de los otros dos.
Sin embargo aún así, estos mecanismo sociales fallan a veces y en esta detención de nuestro acelerado ritmo de vida, a que me referí al principio podríamos llegar a pensar que el futuro de nuestros hijos es oscuro y ruin.
Hasta que logramos ver su potencialidad, en una actividad grupal con niños de la edad del menor nuestro, estuvimos en contacto con una mirada inteligente, noble y ágil hacia el futuro, al ver su interacción multicultural, no ausente de estética sobrecogedora, y de sonrisas y sueños, nos abordó la certeza de que nuestra generación tal vez no lo esté haciendo tan mal, y que éstos niños procedentes de familias de culturas diferentes, interactuando constructivamente en una actividad lúdica, pero en la que ponían en practica, principios básicos morales, éticos y científicos, nos demostraron a los que quisimos ver, que un futuro mejor es realmente posible, no se trataba sólo de la actividad, si no de la forma en que la llevaron a cabo, sobre unos principios básicos éticos, que no podían venir de otro sitio que de sus respectivos hogares, y de un handicap cultural básico común, de esfuerzo y valores, demostrando que cuando todos respetamos las normas básicas, es hasta divertido.
La verdad es que la pasamos muy bien, y la experiencia que nos quedó esperanzadora y reveladora a todos estos chicos, nuestro agradecimiento y palabras de encomio para que sigan por este camino que es el que nos permite alejarnos, de una visión negativa del futuro.
Deja un comentario