Erase una vez un sueño…
concepto bello y etéreo,
sutil, libre y bello…
Le siento ¡Como le siento!
y el silencio dice mas que lo que digo.
Miradas de palabras imposibles en el tiempo…
tiempo de futuro improbable sin sentido…
El Romanticismo es soñador
y su destino… es la renuncia.
No sin antes modificar su alrededor…
Al renunciar , se muere, se vive, se angustia…
El futuro, impredecible ¿desolado?…
La esperanza, latente ¿apagada?…
La Alegría es suficiente…
y la sensación de que La Felicidad es permanente…
Pues sin ella, no somos ni estamos…
y con ella forjamos…
Forjamos un mejor frente.
Y…¿ esta angustia de ceder?
“La renuncia es el viaje de regreso del sueño”…
Dijo Andrés Eloy
De sueños maravillosos e imposibles de creer…
Gracias por permitirme soñar…
Gracias por tu presencia…
tal vez crecemos al renunciar.
Tal vez soñando mostramos nuestra esencia.
Pero… ¿no es cierto que la felicidad es un sueño?
Sueño evanescente que se enfrenta a la realidad…
Entonces:
¿Por que soñar, si lo sufrimos?
Por que es en sueños donde el futuro construimos…
O es allí, donde vivimos La Alegría
La Alegría efímera del sueño de la vida…
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