Que difícil es saber lo que eres, la esencia del ser, su insoportable levedad como diría Kundera, las herramientas para conocerlo son internas introspección, a las que se llega luego de mucho tropezar, sólo si se tiene la capacidad de análisis para descubrir que lo que buscas no está fuera, está dentro muy profundo en tu ser, más allá de tus miedos y de un exterior de luces y bambalinas, que sólo encandilan por momentos, entonces se fluye con la humanidad.
Humanidad que pasa por momentos difíciles en un marco de decadencia de la sociedad de consumo, donde nuestros gobiernos, algunos los de una hegemonía tal que se encuentran en el interior del imperio galáctico de Asimov, que no se da cuenta que la decadencia de su imperio comenzó hace siglos, en su periferia y siguen aplicando políticas económicas que le llevaron a la debacle.
No pueden ser casuales tantas crisis en todos los continentes al unísono, ¿Qué pasa con los liderazgos?
Gastados, destinados a desaparecer en una sociedad pacífica horizontal que se gesta en las guarimbas de mi tierra, donde cada quien es un líder y cada quien es parte de una red pacífica, democrática, donde el ingeniero esta al lado del obrero, el gerente al lado de sus secretarios y el médico al lado del personal de limpieza, todos como la caricatura de Mafalda anexa, preguntándose y generando respuestas para echar este mundo hacia adelante, éste es el mundo que sueño para las generaciones futuras.
Ya la decadencia del poder como lo conocemos, la comienzan a ver los analistas de derechas como Moisés Naim, formado en las más modernas teorías económicas de libre mercado, que no tuvieron buenos resultados, al igual que el comunismo de Marx y Engels, chocaron contra la naturaleza humana, y terminaron haciendo más ricos a un grupo y mas pobres al resto.
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