
Con frecuencia escribo cosas que la gente no quiere leer, es la ventaja de tener un espacio de expresión propio. Me había prometido no escribir más de política, lo que me ha mantenido mudo tanto tiempo, pero llega un momento en que se me hace difícil callar, En fin aquí voy, En parte motivado por la cantidad de twitts donde se trata más la forma que el fondo, y donde la discusión se va a un plano primario que sólo genera violencia, que es el plano personal, en vez del plano de las ideas, éste último es el que genera soluciones. Pero no era de esto de lo que quería escribir.
La tragedia de AMUAY en Venezuela es una más de las muchas que ocurren a diario en un país donde desde el gobierno se ha promovido la mediocridad, sobre la eficiencia, en una sociedad donde existe una gran tolerancia a la injusticia. inversión de valores, se piensa que el esfuerzo es de tontos y que todas las decisiones son políticas, dejando de lado los datos técnicos, lo que es muy grave en un país petrolero, donde la productividad, y los ingresos dependen en gran medida de criterios técnicos.
Pero es que sucede en todas las esferas de la sociedad, miren las redes sociales, el nivel de discusión salvo por las informaciones que dan algunos periodistas serios, es muy básico, miren la organización de la sociedad al respecto, se hacen centros de acopio para que la gente privadamente aporte medicamentos y enseres necesarios para atender la emergencia, lo que habla muy bien de las personas en lo particular, pero muy mal de la organización de la sociedad. Se escuchan ruegos y plegarias, lo que está muy bien pero salvo lo que heroicamente hacen los bomberos con lo que tienen, que no parece ser mucho, pareciera que se hace poco hasta ahora por medir la dimensión del daño sobre la refinería y lo que es más importante, el peligro que representan las instalaciones dañadas, con materiales inflamables productos de la destilación del petróleo, sumamente volátiles y que se encuentran almacenados en las mismas.
Los informadores del gobierno no hacen más que tratar de quitarle la responsabilidad a los responsables, se sienten inclusive comentarios que enturbian la realidad como que podría tratarse de un sabotaje pre-electoral, hay que tener muy pocos escrúpulos, y si ésa es la razón esperamos ver las pruebas contundentes de ello, el problema está en que nadie cree en nadie y todas las hipótesis dejan de sorprendernos.
En fin nuevamente mis palabras de condolencia a las familias que han perdido sus seres queridos, en una guerra no de declarada contra los ciudadanos honestos y trabajadores, que se libra día a día en las calles de nuestra golpeada Venezuela, gracias al cacareado el Socialismo del siglo XXI y su sociedad de cómplices. Quisiera que fueran las últimas, sin embargo no lo tengo bien claro, pareciera que el daño que esta visión mediocre de la realidad, ha causado a la sociedad en general no será tan fácil de redimir solamente cambiando el presidente, aunque pienso que cualquier solución a la situación venezolana debe comenzar por allí.
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