Durante años la ingesta de café se ha relacionado con una serie de efectos cardiovasculares, que dependen de un mecanismo de acción de la cafeína, no del todo claro y seguramente complejo que tiene como resultado un efecto estimulante, a nivel central asociado a una disminución del flujo sanguíneo cerebral.
Estos efectos podrían estar en relación con la acción inhibidora de la cafeína sobre el receptor de adenosina; que es un núcleótido con efecto sedante, responsable de la sensación de fatiga.
La cafeína tiene otros efectos posibles sobre una enzima llamada fosfodiesterasa que es la que se encarga de disminuir los niveles de AMPc, un mensajero celular, que se asocia a los receptores de epinefrina, una hormona del estrés; con efectos intensificadores de la acción de ésta hormona.
La evidencia en relación a los efectos deletéreos cardiovasculares del café, generalmente ha sido conflictiva, algunos marcadores de enfermedad cardiovascular se agravan con la ingesta de café, aumento de los niveles de colesterol, resistencia a la insulina y niveles plasmáticos de homocisteína, todos relacionados con infartos y accidentes vasculares.
Así mismo la cafeína tiene una efecto estimulante de la excitabilidad del músculo cardíaco, predisponiendo a arritmias.
La mayor concentración de cafeína en la sangre se produce usualmente antes de las 2 horas de la ingesta causando los efectos antes descritos y produciendo vasoconstricción cerebral y sistémica.
Sin embargo algunos trabajos demuestran que la ingesta de café podría ser beneficiosa en disminuir el riesgo de diabetes tipo II (el tipo de diabetes que no requiere de insulina para su tratamiento).
Un estudio reciente publicado en la edición de éste mes de la revista Neurology (Neurology. 2010;75:1583-1588.). Reseñado por Reuters en Medscape, establece que el riesgo de sufrir un accidente cerebral vascular, se duplica luego de una hora de ingerir café, el riesgo parece regresar luego de 2 horas de la ingesta, al nivel n0rmal, lo que establece una fuerte relación de causa efecto.

Este riesgo parece ser mayor en los consumidores de una tasa de café al día y no se relacionó con otras bebidas con xantinas como el te o los refrescos de cola. Y fue independiente de la hora del día de la ingesta.
En el editorial de la misma revista, dos autores establecen que el trabajo tiene un diseño elegante, sin embargo alertan que los clínicos necesitan más evidencia antes de poder hacer recomendaciones con base sólida en relación a la ingesta de café sobre todo en pacientes con factores de riesgo para accidentes vasculares.
En lo personal estimo que este tipo de estudios tiene un efecto de alerta, sobre hábitos que pueden ser nocivos, sobre todo si se poseen factores de riesgo, y que pueden explicar algunas situaciones, que a veces en el ejercicio profesional no parecen tener explicación.
La cafeína es una droga, con múltiples efectos, afortunadamente nuestro organismo ha diseñado mecanismos de control, para contrarrestar las agresiones a que continuamente le exponemos, sin embargo cuando éstos mecanismos flejan, entonces aparece la enfermedad, que en muchas situaciones es auto infringida sin ni siquiera darnos cuenta.
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