Mi formación tiene una sólida base científica, o al menos eso me gusta pensar, tengo la certeza de que la razón y todo eso, nos permite evolucionar sobre lo que es cierto y es innegable lo que las ciencias han hecho por el progreso, sin embargo cada vez más, me convenzo de que tiene que haber algo más.
Un buen día te sientas, miras hacia atrás, te decepcionas un poco de la humanidad, analizas el presente y sientes que las crisis te persiguen y el futuro parece desalentador. Se van acabando las respuestas científicas y cuando te encuentras un poco desolado, tomas contacto de la manera mas inesperada, con el arte. Para ello debes tener una sensibilidad determinada desarrollada, entonces, brota un nudo de esperanza. Puede ser un poema en especial que te toca, una composición musical que te mueve, una pintura que te inspira, o una conversación cultivada, que te pone en contacto con esa fuerza creadora que constituye la inspiración artística.
Es cuando sabes lo que siempre sabías, y en tu interior reaparece una luz que te permite, ahuyentar la zozobra, encontrándole un nuevo sentido a la vida, sin renunciar a tus creencias previas. Reafirmas el valor de lo importante y la vida, ese fenómeno improbable, toma sentido, en un esquema más amplio, tomando certeza de que formas parte de un macrocosmos, que se puede explicar a nivel cuántico y donde todos formamos parte de la misma energía.
Tal vez revelación, tal vez palabrería vana, producto del contacto con gente y creación artística que de alguna manera nos motiva, y a quienes damos nuestro agradecimiento profundo y humilde. La cena estuvo estupenda y la compañía mejor, gracias Liam y Julian, por compartir ese agradable momento y tenemos la expectativa de que dicho contacto se mantenga en el tiempo.
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