Temas de discusión política que ya en muchos sitios del planeta se consideran agotados.
Es un hecho que la política nos afecta en las decisiones del día a día, de allí que la expresión : «yo no me intereso por la política», implica cierto grado de inconsciencia, ya que de todas maneras nos afecta, y es poco sensato no pensar en este importante factor social, al momento de tomar decisiones de vida.
Sin embargo dado el impulso que ha recibido, en Latinoamérica, la llamada «Revolución Bolivariana», nombre que implica un cambio violento, que la historia acabará de definir si fue para bien o para mal, pero que sentimos en nuestra humilde opinión, que tiene un balance altamente negativo. Se ha vuelto a poner sobre el tapete la vieja discusión sobre quién debe manejar los medios de producción de una nación, para utilizar la semántica de Marx.
Uno de los problemas de análisis en Latinoamérica es la ausencia de memoria, se tiende a vivir en la inmediatez del momento, sin detenerse a pensar de donde venimos y hacia donde vamos.
Si bien es cierto que el presente es el tiempo que existe, el pasado ya no está y el futuro esta por venir, la forma de proyectarse a un futuro mejor es obrando el presente basándose en las experiencias pasadas, es la razón de ser de la historia, básicamente aprender de ella para no cometer los mismos errores. Los tres sistemas del título han sido históricamente probados y los resultados están a la vista para el que los quiera ver.
Se impone entonces un esfuerzo intelectual que permita ver similitudes en el pasado, con situaciones que se plantean en el presente y obliga a identificar factores que fallaron antes y para tratar de no cometer las mismas fallas y evitar repetir el pasado en el futuro.
El sistema socialista que establece la doctrina del estado como apoderado de los medios de producción, en teoría es una doctrina excelente, pero en la práctica choca con una realidad dura, que es la naturaleza humana. Y es que los que ejercen el poder son seres humanos, de carne y hueso, con frecuencia endiosados, pero aunque a muchos idólatras les duela, son personas normales.
El hombre ha evolucionado como especie gracias a su capacidad para obtener beneficios en situaciones determinadas, está metido en nuestra genética de cientos de siglos de éxitos reproductivos.
Si bien es cierto que existen seres excepcionales que por altruismo pueden renunciar a beneficio personal a favor de un colectivo, (lo cual es discutible, pues generalmente persiguen otro beneficio que tal vez no sea monetario, si no social como el poder o el reconocimiento o la gloria). La mayoría de nosotros obramos buscando un beneficio personal o familiar.
Pienso yo que aqui está el quid de la cuestión. Si creemos que los que manejan un estado pueden ser tan altruistas en todo momento, que rechacen el beneficio personal o familiar en beneficio del colectivo que le eligió, si somos tan optimistas, entonces el socialismo como doctrina social es nuestra opción.
Ahora si creemos lo que siglos de evolución nos ha enseñado y la historia ha ratificado repetidamente, que el hombre siempre busca su beneficio personal, acabando los sistemas socialistas, con el beneficio de una cúpula «en nombre del proletariado» y en detrimento del resto del pueblo, el cual termina siendo mas miserable, ignorante, reprimido, retrasado en relación a las mejoras sociales y sin motivaciones de cambio, entonces la doctrina capitalista es la nuestra.
Sin embargo no todo en el capitalismo es perfecto, muchos de los males de la sociedad moderna, calentamiento global, desigualdades sociales, hambre, y miserias del tercer mundo, terrorismo incluido tienen su origen en la aplicación de un capitalismo despersonalizador y aberrante, ejercido por una centena de corporaciones que dominan el comercio mundial y que si bien es cierto, son las que han generado mucho del bienestar que disfrutamos, también es cierto que necesitan cierta dosis de humanismo en la toma de gran número de decisiones, que terminan rigiéndose sólo por los beneficios del capital y crean aguas que generan lodos de miseria que terminan perjudicando a los económicamente más débiles.
Entonces ¿ no existe opción para los débiles?. Esto es, el sistema socialista los hace miserables pues una cúpula termina aprovechándose de los recursos en detrimento de ellos, además es menos eficiente en su explotación y genera más pobreza. Y el sistema capitalista aunque mas eficiente económicamente termina aprovechándose de los débiles para explotarlos, aunque con en esfuerzo en ésta última doctrina, se puede lograr progreso social, algo negado en la primera, que tiende a igualar a todos por debajo, «aunque unos terminan siendo mas iguales que otros».
Afortunadamente existe un termino medio la socialdemocracia, que hasta ahora es la doctrina que abrazan la mayoría de los países del planeta donde se respira cierto nivel de bienestar social. Consiste en que los medios de producción sean manejados por particulares, pero con control del estado y participación del pueblo mediante diversos mecanismos en la toma de decisiones. Este sistema tiene incovenientes de costo y de manipulación de las masas, además las masas pueden equivocarse y llevar al sistema a su propia destrucción si piensan en determinado momento que una mano fuerte podría ser la solución a sus problemas, el reto de esta doctrina es educativo ya que un pueblo educado tomará las mejores decisiones. Y ésta podría una de las causas de la falla de éste sistema donde existen grandes poblaciones de excluidos como Latinoamérica.
A pesar de lo anterior la socialdemocracia con todas las imperfecciones que pueda tener, parece ser el sistema que mayor bienestar aporta a los ciudadanos.
Y es el sistema por el cual particularmente he apostado, para fundar el futuro de mis hijos.
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