
A raiz de lo acaecido en Japón, y a aparición de informaciones en relación a la posible exposición a radiación, el Dr. Richard kloos, citado por Christine Webe en Medscape endocrinology, establece los criterios actuales para suministrar yoduros en los casos de una emergencia nuclear, a continuación un resumen en castellano del artículo:
El primer punto es que no es necesario la sumplementación de yoduro de potasio (KI), hasta que una fuente creíble, establezca la necesidad de ello.
Las píldoras de KI son generalmente seguras, sin embargo existe el riesgo de que un uso prolongado produzca una supresión de la función tiroidea, o que personas susceptibles a tener exceso de su función hagan una crisis de hiperteroidismo, al tomar el suplemento. Además que su uso en grandes poblaciones se ha asociado a síntomas digestivos generalmente controlables. Y siempre hay que tener en consideración la posibilidad de las alergias al medicamento.
El KI demostró en el desastre de Chornobyl (Antes conocida como Chernobyl) , que es eficaz en prevenir el cáncer de tiroides asociado a la exposición a radiación.
La sugerencia del experto es que las personas que vivan a 60 km de una planta nuclear deberían tener en sus casas suplementación de KI, para el caso de necesidad y que debe ser utilizado como parte del plan de evacuación antes de que ocurra el desastre, aduciendo dificultades previsibles, para hacer llegar el medicamento a los afectados durante el proceso de evacuación. Teniendo en cuenta las dificultades que el pánico y la salida masiva imponen a los servicios sanitarios para acceder a la población expuesta.
Aduce el experto que no hay razón para salir corriendo a comprar las píldoras en un momento en que podrían estar sobre preciadas, por el pánico que produjo el accidente nuclear de Fukushima, en zonas no expuestas a riesgo.
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